Cadena de custodia

En las pruebas de paternidad con validez judicial es fundamental mantener la cadena de custodia de las muestras de ADN.

¿En qué consiste la cadena de custodia?

La cadena de custodia son aquellas medidas preventivas que se toman a la hora de recoger muestras u objetos, asegurándose de que no se contaminan antes de su análisis o estudio. El objetivo de la cadena de custodia es identificar el objeto o muestra, asegurando que pertenecen a un individuo concreto.

¿Por qué es importante la cadena de custodia?

La cadena de custodia es el método por excelencia que permite identificar sin lugar a dudas un objeto o muestra con su dueño. Sin ella, muchos procesos legales, penales o incluso personales no podrían esclarecerse.

El Tribunal Supremo definió la finalidad de la cadena de custodia como “garantizar la exacta identidad de lo incautado y de lo analizado”. De esta forma, muchas pruebas y procesos no son impugnados y el juicio o investigación puede transcurrir con pruebas fiables.

¿Para qué sirve la cadena de custodia?

Aunque, a grandes rasgos, la cadena de custodia radica en la protección de la autenticidad de las pruebas, existen varios ámbitos donde es especialmente relevante:.

La cadena de custodia en procesos policiales

La cadena de custodia tiene especial relevancia en procesos policiales. La cadena de custodia en este ámbito comprende la recogida, traslado y conservación de las pruebas (o indicios) que se han obtenido durante una investigación criminal. Este proceso estará debidamente documentado para asegurar que las pruebas han permanecido inalterables.

Por poner un ejemplo comprensible, cuando en el escenario de un delito se encuentra un objeto del que se esperan extraer huellas dactilares. Es importante cuidar cómo se recoge dicho objeto y el proceso que sigue hasta después de su análisis. En el caso contrario, podría darse la situación de que se contamine la prueba, encontrándose huellas o restos biológicos de personas no relacionadas con el delito, que hubieran tocado el objeto posteriormente.

Este proceso también se sigue en delitos menos conocidos como podría ser un delito informático. A pesar de ser algo digital, la custodia de las pruebas puede ser determinante a la hora de dictar una sentencia.

En este ámbito, el Tribunal Supremo definió así el proceso:

Se viene entendiendo por la doctrina como «cadena de custodia», el conjunto de actos que tienen por objeto la recogida, el traslado y la conservación de los indicios o vestigios obtenidos en el curso de una investigación criminal, actos que deben cumplimentar una serie de requisitos con el fin de asegurar la autenticidad, inalterabilidad e indemnidad de las fuentes de prueba.»
Sentencia del Tribunal Supremo (Sala de lo Penal) 208/2014, de 10 de marzo de 2014

La cadena de custodia en pruebas judiciales

Como en el caso anterior, durante un procedimiento judicial es necesario asegurar la autenticidad de las pruebas. De esta forma, se protegen los derechos de ambas partes durante el procedimiento.

La cadena de custodia se utiliza para todo tipo de pruebas: de paternidad, de drogas, de alcoholemia, etc. Gracias a la identificación que provee este método, se puede afirmar sin lugar a dudas que la muestra procede de un individuo concreto.

¿Cómo se hace la trazabilidad?

La cadena de custodia basa su eficacia en la documentación de cada uno de los procesos que vive una muestra u objeto. Es decir, especifica con detalle las localizaciones por los que ha pasado una muestra, personas que han estado en contacto con ella, condiciones con las que se ha salvaguardado y fechas de cada momento del proceso.

En este proceso, existen una serie de reglas técnicas y jurídicas para poder garantizar la fiabilidad de las muestras. Cada departamento o persona que está en contacto con la muestra pasa a ser un eslabón dentro de la cadena y gracias a su documentación se puede detectar si en algún momento se ha podido romper la cadena de custodia, poniendo en riesgo la fiabilidad de la prueba.

Eslabones de la cadena de custodia

La cadena de custodia suele estar conformada de los siguientes pasos:

  1. Proceso de extracción de la muestra o recogida de los objetos a analizar. Existen una serie de protocolos y equipos para que esto suceda sin contaminar ninguna prueba.
  2. Registro, identificación y marcado de las muestras y objetos, acompañando el proceso de fotografías.
  3. Embalaje y precintos de seguridad, si procediese. Cuando es un objeto que transportar, se debe preparar un embalaje primario (el que está en contacto con el objeto) y un embalaje secundario (protege el paquete durante su transporte). Si el objeto se recoge de un escenario concreto, se deberá precintar el escenario, numerar dónde se obtuvieron las muestras y fotografiarlo todo. También se deberá documentar las personas, fecha y hora que están trasladando dichos materiales.
  4. Transporte de los materiales al laboratorio, siguiendo la normativa respecto al transporte de muestras biológicas, si procediese.
  5. Traspaso de materiales de un especialista a otro dentro del laboratorio, para su análisis y posterior presentación ante un juicio, si procediese. Se deberán identificar las personas que estuvieron en contacto, medidas para evitar la contaminación de las muestras, así como la fecha y hora de su manipulación.

Texto revisado por la Doctora Pilar Arca Miguélez, Responsable Científica de Ampligen